Los lentes son compañeros indispensables en la vida diaria de millones de personas, pero a veces olvidamos que también necesitan renovarse. No se trata solo de la estética de un aro moderno, sino de la salud de tus ojos.

¿Cómo identificar si ha llegado el momento de cambiarlos?

Algunas señales de alerta incluyen:

  • Visión borrosa o desenfoque en ciertas distancias.
  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Cansancio ocular al leer, estudiar o trabajar en computadora.
  • Mareos o incomodidad visual al caminar o conducir.
  • La necesidad de entrecerrar los ojos para ver con claridad.

Además, factores externos influyen. Con el tiempo, los lentes se rayan, pierden tratamientos como el antirreflejo o el filtro UV y dejan de proteger tus ojos como deberían. Incluso si no notas molestias, tu graduación puede haber cambiado sin darte cuenta.

La recomendación general es realizar una consulta optométrica al menos una vez al año. Y si usas lentes todo el tiempo, o padeces enfermedades como diabetes o hipertensión, lo ideal es hacerlo cada seis meses.

Renovar tus lentes a tiempo no solo mejora tu visión, también cuida tu seguridad (por ejemplo, al conducir) y tu desempeño en actividades cotidianas. No ignores las señales: cambiar tus lentes puede ser la diferencia entre vivir con molestias o disfrutar de una visión clara y cómoda todos los días.