Es muy común escuchar frases como: “Antes miraba mejor con estos lentes” o “Siento que ya no me ayudan como antes”. Y es totalmente normal. Tus lentes pueden dejar de funcionar igual por diferentes razones, y lo más importante es saber detectar cuándo necesitas un cambio.

Uno de los principales motivos es que tu graduación puede haber cambiado. Nuestros ojos no son estáticos: con el paso del tiempo, el uso de pantallas, el estrés visual, los cambios hormonales y la edad influyen directamente en nuestra visión. Por eso, lo recomendable es realizar una consulta optométrica al menos una vez al año.

Otro factor clave es el desgaste de los lentes. Los rayones, el deterioro del antirreflejo o del filtro UV afectan directamente la calidad de la visión, aunque a simple vista no siempre lo notemos. A esto se suman aros flojos o desalineados que modifican el centro óptico del lente.

También influye tu estilo de vida. Tal vez ahora pasas más tiempo frente a pantallas, conduces más de noche o lees con mayor frecuencia. Todo esto exige una adaptación en tus lentes.

En Óptica Oftalmológica – Especialistas en tu visión, evaluamos no solo tu graduación, sino tu rutina, tus necesidades y tu salud visual completa. Si sientes que tus lentes ya no cumplen su función, no lo dejes pasar. Ver bien no es un lujo, es una necesidad.