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Frotarse los ojos es un gesto automático cuando sentimos picazón, cansancio o irritación. Sin embargo, este hábito puede ser más perjudicial de lo que imaginas. A continuación, te explicamos por qué debes evitarlo y qué hacer en su lugar.

Los riesgos de frotarse los ojos

  • Aumento del riesgo de infecciones: Tus manos están en contacto con múltiples superficies durante el día y pueden albergar bacterias y virus. Al frotarte los ojos, transfieres estos microorganismos, aumentando el riesgo de infecciones como la conjuntivitis.
  • Debilitamiento de la córnea: La presión constante sobre los ojos puede afectar la estructura de la córnea, especialmente en personas propensas al queratocono, una afección que causa deformación progresiva de la córnea.
  • Irritación y enrojecimiento: Al frotar los ojos con fuerza, puedes romper pequeños vasos sanguíneos, causando enrojecimiento y una sensación de ardor.
  • Empeoramiento de alergias: Si sufres de alergias, frotarte los ojos puede empeorar los síntomas al liberar más histamina, la sustancia responsable del picor y la inflamación.

¿Qué hacer en lugar de frotar los ojos?

  • Usa lágrimas artificiales para aliviar la sequedad o la irritación.
  • Si tienes picazón, aplica compresas frías para reducir la inflamación.
  • En caso de alergias, consulta con un especialista para usar gotas antihistamínicas.
  • Si sientes una partícula en el ojo, lava con suero fisiológico en lugar de frotar o visita inmediatamente a un oftalmólogo.

Cuidar tus ojos es clave para mantener una visión saludable. Si sientes molestias constantes, es recomendable hacer una revisión con un especialista.